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“Ninguna guerra, ninguna recesión, ninguna otra pandemia, ha tenido un impacto tan dramático en las emisiones de CO2 durante el último siglo como el que ha logrado el Covid-19 en pocos meses”, escribió recientemente Matt McGrath, corresponsal de medio ambiente de la BBC.
No solamente se ha visto una disminución en los vehículos contaminantes y desde la NASA han mostrado imágenes de la baja en la contaminación, sino que también los sismólogos han notado que el planeta incluso está vibrando menos.
Sin embargo, según Inger Andersen, directora del programa ambiental de la ONU “el covid-19 de ninguna manera tiene un lado positivo para el medio ambiente”.
“Los impactos positivos visibles, ya sea la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, no son más que temporales, ya que se deben a la trágica desaceleración económica y al sufrimiento humano“, dijo Andersen.
Este fenómeno no es la primera vez que ocurre, desde los últimos 100 años varias crisis han significado una disminución de las emisiones de CO2 derivadas del uso del petróleo, gas y carbón. Así ocurrió durante la epidemia de gripe española, la Gran Depresión y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La Agencia Energía Internacional (EIA, por sus siglas en inglés), estima que en 2020 el mundo usará un 6% menos de energía, lo que a su vez lleva a una caída de las emisiones de CO2.
Según, Carbon Brief muestran que este año las emisiones de CO2 disminuirán entre un 4% y 8%, lo que representa entre 2.000 y3.000 millones de toneladas menos de este gas en la atmósfera.
La caída de emociones de CO2
La mayor caída en las cantidades de CO2 proviene de la disminución del transporte terrestre. Hasta marzo de 2020 estos gases habían bajado un 50% respecto al mismo período de 2019.
En el caso del tráfico aéreo, solo en Europa este ha disminuido un 90% respecto a 2019. En Estados Unidos, cerca del 50% de los aviones se han quedado en tierra en comparación al año pasado.
¿Un planeta más verde?
Diversos países han tomado iniciativas más verdes durante esta pandemia. Por ejemplo en París se están habilitando 650 km de “ciclovías corona”. En Milán se anunció un ambicioso plan para reducir el uso de autos y priorizar a peatones y ciclistas, como respuesta a la crisis causada por el virus.
El centro de investigaciones ambientales Global Energy Monitor (GEM) señaló que en China durante las tres primeras semanas de marzo se aprobó la operación de plantas impulsadas por carbón en una cantidad mayor a lo que se aprobó en todo 2019.
A esto se le suma el billón de dólares que se estima que que el gigante asiático invertirá en la construcción de infraestructuras carboneras en varios países en vías de desarrollo.
Por su parte, el Banco Mundial ha alertado sobre algunos países y ciudades que han relajado las medidas que tienden a desestimular el uso del plástico.
Diversos especialistas aseguran que esta rebaja de las emisiones son solo un alivio temporal. Según el Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de San Diego, EE.UU. para lograr una disminución notable en las cantidades de CO2 en la atmósfera, se debería lograr una reducción sostenida del 10% a nivel global en el uso de combustibles fósiles durante un año.
Por eso, el efecto positivo del coronavirus en el planeta depende de las decisiones que se tomen al momento de superar la crisis sanitaria.